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Prevención del cáncer de mama: reduciendo el riesgo a través de hábitos saludables

La importancia de prevenir el cáncer de mama radica en la adopción de hábitos saludables, tales como moderar el consumo de alcohol y mantenerse activa físicamente. Es fundamental comprender las medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

En el caso de estar preocupada por el cáncer de mama, es posible que te preguntes si existen pasos que puedas tomar para prevenirlo. Aunque algunos factores de riesgo, como los antecedentes familiares, no se pueden cambiar, sí se pueden realizar cambios en el estilo de vida que contribuyan a reducir el riesgo.

De acuerdo con la Liga Colombiana Contra el Cáncer, existen factores de riesgo asociados al cáncer de mama, estos son:

Factores de riesgo relacionados con el cáncer de mama:

– Adelanto de la primera menstruación antes de los 11 años. Concepción del primer hijo después de los 40 años y/o llegada de la menopausia después de los 54 años.

– Antecedentes familiares de cáncer de mama en padres o hermanos.

– Exposición previa a radiación ionizante en el pecho durante la infancia (niñas de 10 años en adelante).

– Historial de hiperplasia benigna previa (aumento del número de células en un órgano o tejido).

– Uso prolongado de terapia de reemplazo hormonal por más de 5 años (Instituto Nacional de Cancerología).

– Consumo de tabaco, asociado a más de 16 tipos de cáncer. 

¿Qué acciones se pueden emprender para reducir el riesgo de cáncer de mama? 

Investigaciones han demostrado que los cambios en el estilo de vida pueden disminuir el riesgo de cáncer de mama, incluso en mujeres con un alto riesgo. A continuación, se presentan algunas medidas dadas por expertos de Mayo Clinic para reducir este riesgo:

Moderar el consumo de alcohol: Cuanto más alcohol se consuma, mayor será el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Según las investigaciones sobre el impacto del alcohol en este riesgo, se recomienda limitar su consumo a no más de una bebida al día, ya que incluso pequeñas cantidades aumentan el riesgo.

Mantener un peso saludable: Si se tiene un peso saludable, se debe mantener. Si es necesario perder peso, es recomendable consultar al médico acerca de estrategias saludables para lograrlo. Reducir la ingesta diaria de calorías y aumentar gradualmente la actividad física son acciones efectivas.

Realizar actividad física: La actividad física contribuye a mantener un peso saludable, lo cual ayuda a prevenir el cáncer de mama. La mayoría de los adultos sanos deben apuntar a al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana, o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa, además de entrenamiento de fuerza al menos dos veces por semana.

Amamantar: La lactancia materna puede desempeñar un papel en la prevención del cáncer de mama. Se ha observado que, a mayor duración de la lactancia, mayor es el efecto protector.

Limitar la terapia hormonal posmenopáusica: El uso de terapia hormonal combinada puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Es importante discutir con el médico los riesgos y beneficios de esta terapia. En algunos casos, es posible controlar los síntomas con terapias y medicamentos no hormonales. Si se decide utilizar la terapia hormonal a corto plazo, se debe utilizar la dosis más baja que sea efectiva y mantener un seguimiento médico constante.

Finalmente, la prevención del cáncer de mama requiere una combinación de conciencia, cambios en el estilo de vida y atención médica adecuada. Al adoptar estas medidas, podemos reducir significativamente el riesgo y promover una vida saludable.

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